Hace frío. En cambio la carne y los huesos arden. Cada gota de sangre resuena, mortal como la vida misma, y sin embargo trae la eternidad bajo el brazo. Los lamentos suenan ya en el pasado como las viejas cuerdas de un erfu. Despiertan a la noche, y nadie oye.
¿Lo has oído bien?
La nieve cae y cae, tapa la tierra. Y guarda bajo mil candados su nuevo renacer. Viaja al mundo donde Sueño nos toma con ambas manos. Cierra los ojos, y los abre.